lunes, 11 de abril de 2011

MARIO Y LA SEMANA SANTA


Hace ya algunos años había un niño que se llamaba Mario. A Mario le gustaba mucho las vacaciones y también la religión y por eso quería que yo empezase la Semana Santa, quería ver las procesiones. Pero el día de la procesión llovió y Mario se puso a llorar. Lo bueno fue que la madre de Mario llamó a un trabajador de la procesión que además se llevaba muy bien con él.
Y le dijo que preguntara a los cofrades si podrían ir a la procesión. El jefe dijo que igual iban, que fuesen por si acaso. Cuando fueron la madre y el hijo pudieron ver la procesión ¡que estaban desfilando con un paraguas! Y haciendo ¡pon,pon!

Alejandra Inza de 2º

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