jueves, 9 de diciembre de 2010

La magia de la navidad


El día de Navidad, Alba se preparaba para dar su carta a los Reyes Magos en el Berceo. Allí el Belén ya estaba puesto con unas figuras muy bonitas.
Llegó muy tarde y los Reyes ya no estaban. Alba se puso a buscarlos, pero solo vio unos de cartón.
El centro comercial cerró y la pobre Alba se quedó sola dentro.
Llegó la noche y se metió en una tienda de colchones y se quedó dormida.
Alba se despertó con un llanto de bebé. El ruido le llevó hasta el belén. Al llegar allí las figuras habían cobrado vida:
El niño Jesús lloraba sin parar, los Reyes magos entregaban regalos, la lavandera en el río lavaba sin descansar, el pastor cuidaba del ganado, el cagón cagaba. . .
Ella pensó que era un sueño, pero no, era totalmente cierto.
Cuando el ángel avisó que una niña les había visto moverse, se quedaron inmóviles, pero ya era demasiado tarde y Alba les dijo.
Os he visto, no disimuléis, pero. . . ¿sois de verdad o estoy soñando?
Está bien, somos de verdad, pero no se lo tienes que contar a nadie, dijo el ángel.
La magia de la navidad sin nosotros no existiría, porque nosotros ayudamos a que todo el mundo esté contento, . . . excepto el niño que tiene miedo a la oscuridad, le explicó la virgen María.
Alba encendió unas velas de sy bolso y el niño paró de llorar y se durmió.
Al día siguiente su madre le fue a buscar y le dijo:
Qué ilusión me da verte de nuevo. ¿Qué has hecho todo este tiempo?
Pues nada, dormir, dijo Alba riéndose.
Se dio la vuelta y la virgen le guió el ojo.

Colorín colorado y la magia de la navidad ha llegado


Julia Fernández de 4º

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